domingo, 31 de octubre de 2010

UYYYYY

He decidido interrumpir la racha de entradas de Líbano, aunque queda aún mucho y muy divertido material que contar, porque en la variedad está el gusto. Como bien digo en el título de este post el “show business” es algo que siempre me ha gustado. Fue hace un par de semanas que uno de mis ángeles de la guarda, Edu Schell, decidió escribir un artículo sobre jugadores que estuvieran en activo y sin equipo vio oportuno incluirme a mí en un apartado simpáticamente titulado “Del Aro Al Paro”. En dicho artículo Edu hizo gala de su buen escribir y lo entrelazó con algunos de mis vídeos. El caso es que parece que éste pequeño capítulo de mi vida tuvo una relevancia mayor esta vez que en otras ocasiones y propició una avalancha de llamadas, comentarios y correos de un sin fin de personas que se querían poner en contacto conmigo. Todo sea dicho, algunos de ellos querían que invirtiera en sus empresas y proyectos a lo cual yo me preguntaba para mis adentros… ¿pero que parte de “estoy en el paro” no han entendido estos? El caso es que hubo una llamada que me hizo especial ilusión. Una llamada de la coordinadora de redacción de UYYYYY, un programa de la EITB presentado por Oscar Terol que trata la actualidad deportiva con un tono “Avidaurretao”, vamos que en plan de risas.

Lo primero que Isa me dice cuando me llama es que voy a flipar con lo que me va a ofrecer a lo cual yo le contesto que ya estoy flipando porque me está llamando una persona en representación de EITB y esa persona tiene acento andaluz. Luego me reconoció que esa primera llamada siempre es una toma de contacto y una especie de “test” para ver si la persona contactada no va a desentonar con la tónica del programa. Me dijo que al oír semejante respuesta automáticamente supo que me sentiría a gusto. Tras un momento de risas me pregunta si estaría interesado en ir como invitado al programa UYYYYY que se emite por ETB2 y se graba en Donosti. Le dije que a San Sebastián yo iba a lo que hiciera falta, como si hay que ir a limpiar morralla del depósito municipal de deshechos de las pescaderías locales. Ni que decir tiene que tal comentario reafirmó, aún más, su creencia de que me sentiría a gusto en el plató.

Después de todos los intercambios de información pertinentes el lunes me presento en Donosti con muchas ganas de conocer a la andaluza que trabaja en la EITB para que me explique un poco de que va esto. Me recoge en el hotel y me propone o un café o un gin tonic, le respondo que primero uno y luego el otro y me lleva al Peine de Los Vientos. Isa, como no puede ser de otra manera con esa combinación sublime de salero andaluz y saber vivir vasco, me pone al corriente del programa y disfrutamos de nuestro refrigerio con un marco incomparable ante nuestros ojos, nada más y nada menos que Chillida a nuestra izquierda y la isla de Santa Clara presidiendo la bahía justo en frente nuestro. Cuando dijo que nos íbamos reprimí las lágrimas y los chillidos porque pensé que sería bochornoso ver a un adulto montándola como un niño malcriado y todo rojo, aferrado al taburete mientras la madre tira de él. Eso si, me tuvo que levantar del asiento con espátula porque no me quería ir.

Una vez en los estudios empieza el desfile de gente, descripción de su actividad y nombres, muchos nombres. Nada más llegar Itziar, que es de Zarautz, me conduce al plató y me sienta al lado de Itu quien está muy metido siguiendo el guión durante el ensayo. Pasó una cosa que me puso en alerta. No se que me sorprendió más, si el hecho de que ensayasen o que Oscar Terol no quisiera que lo viera para así poder sorprenderme durante el programa. Cuando me enteré de eso se me hizo un pequeño nudo en el estómago. Itziar me saca del plató y me conduce al “hospitality room” que para los que no hablen inglés es donde está el papeo y las cervezas vamos. Me abalancé sobre la tortilla de patata y las croquetas de jamón como si no hubiera comido en un mes e intenté deshacerme del nudito del estómago. Lo debí de conseguir. Tres cervezas y media tortilla después estaba más tranquilo que una foto. Me llevan a maquillaje y después de obligarle a la pobre maquilladora a hacer milagros me da por imposible y me devuelve a la sala del papeo. Allí converso con Jose Iragorri el gran “cantaor” del bacalao, para él no son goles sino bacalao, y compartimos anécdotas. Al rato viene el cabra loca de Patxi Salinas y empieza lo divertido. Gracias a Dios Itu apareció pronto a poner orden y la cosa no pasó a mayores sino a peores. Ni que decir tiene que ellos eran muy majos pero bien recomendado por mis colegas de Zarautz; Ignacio, Fausto y Sergi me quedo con la esbelta e interesante compañía de Agurne Anasagasti y Ainhoa Sánchez. Nos dan el aviso para ir al plató y comienza el show.

Se que para ellos sólo fue un programa más pero para mi fue una oportunidad de ver cómo se hace uno de mis vídeos pero a lo grande, más profesional. Nada más entrar al plató me doy de bruces con un Chroma Key (pantalla verde que se usa para conseguir efectos de localización) que se quedó allí porque no era plegable que si no lo veo instalado en mi “estudio de producción” o mi casa para entendernos. Al final Oscar (Terol) no me preparó ninguna perrería, lo cual, si soy sincero, me decepcionó un poco, y el programa fue muy divertido. Disfruté viendo a Valentino Rossi, Valdano e incluso la mismísima Sara Carbonero,. Me llegué a sentar codo con codo con Mourinho quién llegó a ofrecerme jugar para el Real Madrid de fúbol. ¡¡¡Dios mío que diría la Demencia!!!! Además de esos personajes conocí a dos, estos ya de verdad, muy interesantes. Escuchar a Larraitz Lucas, jugadora del equipo femenino de la Real Sociedad le abre la mente a uno. Tenía muchísimo que decir y además de explicarse muy bien resultó un tema que tiene mucha miga y muy interesante. También disfruté conociendo a Oniatz Bengoetxea que luego me enteré que es el Cristiano Ronaldo de la pelota vasca y un tío la mar de natural y simpático. Todo un honor. Al final fue un momento increíble del cual disfruté hasta de la servilleta del plato de jamón. Se me hizo muy corto y me quedé con ganas de decir más cosas pero no hay que olvidar que yo era el invitado. Algún día si tengo mi propio programa…

Bueno no os cuento más, ahí os dejo el vídeo para que lo veáis y juzguéis por vosotros mismos. Avisados quedáis.

lunes, 4 de octubre de 2010

La Vaca Que No Ríe

El plan de viaje se nos hizo claro nada más llegar. Pasaríamos las mañanas jugando con el contingente español visitándoles en las posiciones más comprometidas con el único propósito de hacerles pasar un buen rato. Las tardes las teníamos reservadas en un pabellón de Marjaayoun con los niños de los pueblos colindantes. Los tres primeros días con los chavales del “corredor Cristiano” y la última mañana jugaríamos con los niños de KafarKela. Éste último en particular tenía la dificultad añadida de que la población era mayoritariamente Chiíta, partidaria de Hezbollah y para más INRI estaba literalmente adosada a la Blue Line. El colmo fue que ellos no venían al pabellón luego fuimos nosotros los que nos desplazamos a su territorio.

El primer día con los niños fue una experiencia que si he de ser sincero no me pareció nada que no hubiera hecho ya en territorio español. Es cierto que noté una gran diferencia entre los niños cristianos y los musulmanes. Los primeros días con los cristianos fue todo mucho más fácil. Curiosamente el baloncesto no es un deporte muy popular en esas tierras cediendo la popularidad al, agárrense los machos, PING PONG. Como Pedro y yo de ping pong sabíamos más bien poco nos ceñimos a lo nuestro y una vez divididos los niños en grupos por edades organizamos un entreno muy liviano y acorde a sus conocimientos. Recordemos que se trataba de que se lo pasaran bien.Exceptuando a dos o tres que gustosamente habría estrangulado delante de todo el mundo la cosa fue muy bien y todos se lo pasaron bien. Al final hubo entrega de diplomas firmados por Pedro y por un servidor, fotos varias y una lata de refresco. Más de uno se llevó la lata de refresco a casa mirándola como si se tratara de un pequeño objeto venido del espacio exterior y miraba el diploma, con tanto cariño firmado, como si estuviera destinado a envolver semejante tesoro.

Nuestra última experiencia con los niños fue quizás la más significativa. El hecho de que un grupo de “infieles”, dos de ellos ataviados con colores chillones y en pantalón corto, se pasearan por el pueblo y además invadiesen el patio de un colegio no era algo que sucediera muy a menudo en un pueblo en el que la carnicería trae la vaca viva a la entrada de la tienda y allí mismo la degüella a la vista de todos. Cuando uno entra a un patio de colegio normal se espera colores vivos, niños correteando por todos lados, canastas, porterías, etc… vamos que uno se imagina Barrio Sésamo. Pues bien, al entrar en éste y lejos de recordar algo tan cálido como la Gallina Caponata, una imagen de Prison Break arrampló con el Conde Drácula, Epi y Blas y todos sus amiguitos. El patio del colegio estaba abarrotado de niños en uniforme azul vaquero y estaba presidido por dos canastas refulgentes puestas para la ocasión que a bien seguro estrenábamos nosotros. Dicho sea esto tampoco eran nada del otro mundo. Viendo todo esto me alegré de no haber presenciado el show de la vaca porque si no yo se de uno que sale por patas.

Se respira tensión por todos lados. Los niños nada más vernos y lejos de sonreír se ríen de nosotros y con una mirada desafiante nos retan empujándonos sin demasiada brusquedad. Pedro y yo hacemos gala de nuestras mejores sonrisas que poco a poco se van diluyendo al no poder contagiar ni una pizca de entusiasmo. La sonrisa pasa a ser un poco forzada. Uno de ellos me agarra el brazo y me dice que le enseñe el bíceps. Ja, niño, ¿pero tu no sabes que voy al gimnasio y me llaman Hulk? Hago la demostración pensando,”este crío se va a cagar” y el chaval que se ceba en apretar me mira y estoy casi seguro que me llamó pringao en algún dialecto del árabe. Por supuesto que según dicta la norma de la naturaleza en cuanto a machos alfa el hizo su demostración. Al cogerle el brazo a la altura del bíceps y flipar de lo duro que está eso el muy simpático pega su brazo al costado dejando mi mano entre los dos y con un rápido y controlado movimiento me retuerce la muñeca lo justo para que me haga daño pero sin llegar a rompérmela. No pude más que hacer dos movimientos; uno, mirarme la muñeca para ver si estaba rota y dos, poner cara de póker como si el que “un crío de 10 años casi me rompe la muñeca” no hubiera pasado.

Jamás en mi vida he visto tanta agresividad atrapada en cuerpos tan pequeños. Me resultaba imposible realizar ningún ejercicio sin tener que parar porque un grupo de niños que quería el balón se estaba dando patadas, puñetazos y rodillazos por la posesión del cuero. Al final tuvimos que acortar la sesión porque era difícil mantener la atención de los niños. Las niñas, por supuesto separadas y sentadas en las escaleras a la sombra, nos hicieron de animadoras aunque no se si animando la práctica deportiva o el combate cuerpo a cuerpo. Al término hicimos entrega de unos balones de baloncesto al concejal de deportes del pueblo y al director del colegio. Nos miraron raro y las aceptaron gustosamente. Viendo que ninguno de los niños había jugado antes al baloncesto me da la sensación de que van a partirse muchos tobillos jugando con estas nuevas y pesadas pelotas de fútbol naranjas.

Verdaderamente entramos en lo que creíamos que era la boca del lobo y en tensión hicimos nuestra labor. Al final, aunque los niños igual no se acuerden, conseguimos que nos vieran como amigos. El director del colegio y el concejal parecieron entusiasmados con la aparición y nos pidieron una y otra vez que se repitiera en alguna otra ocasión. La petición me pareció genuina y sincera con lo que creo que nuestro granito de arena por la paz lo hemos puesto. Nos lo tuvimos que sacar del ojo con dolor y una muñeca maltrecha pero nuestro granito está puesto.