miércoles, 22 de diciembre de 2010

I´m dreaming of a white...

Como ya va siendo habitual en mi, y creo que no es nada especial ya que debido a este sentimiento existen novelas, historias de amor, poemas… he sentido la necesidad de reflejar en pantalla (años atrás en papel) mis vivencias en uno de mis humildes viajes. En este caso se trata nada más y nada menos que de mis “blancas “Navidades en Vail, Colorado.

Está claro que todos preferimos pasar estas fiestas con nuestra familia pero cuando la mujer de uno se mete por medio ya se sabe que sus preferencias pasan a ser inaudibles sugerencias en la toma de decisión. El caso es que esta vez ya le tocaba a ella y tenía razón así que no me quedó mas que claudicar. Sí, mi mujer leerá esta entrada con toda seguridad. Tonterías aparte creo que aunque siempre me apena no compartir estos momentos con mi familia me considero afortunado ya que he sido bien acogido por mi “otra” familia y el marco ofrecido como escenario para tal celebración era inmejorable.

Siempre es poco agradable viajar en estas fechas, más aún cuando te tienes que meter con calzador durante largas horas en el asiento, por llamarlo de alguna manera, que la compañía de turno ha apilado en un avión para tu comodidad. En esta ocasión y gracias a que he practicado durante largas horas la cara del gato de Shrek, conseguí salida de emergencia para mis dos vuelos. En menos de 15 horas me encontraba en Denver y mi suegro me esperaba luciendo un gorro de Papá Noel verde con luces en la cabeza y otro en mano listo para calzármelo justo a mi llegada. Todos sabemos que la palabra “verguença” no tiene cabida en mi diccionario así que no lo dudé ni un momento. Abrazo enorme y gorro a la cabeza. ¡¡Empezamos bien la fiesta!!

Llegamos a casa donde está esperando el resto de la familia y me reciben con una lasaña de carne de búfalo. Digamos que esa fue mi primera ingesta de alimentos y a día de hoy (4 días después) no he parado, y como decía mi Tata, vivo en un pienso. Ya de por sí no es fácil rechazar alimentos en estas hipercalóricas fechas pero si a eso le añadimos que uno se encuentras en la tierra de las friegas con carne de hamburguesa, duchas con mantequilla y exfoliaciones faciales con beicon, es imposible decir que no a nada. Después de conseguir sacar la cabeza de la fuente de la lasaña me voy a dormir. Doscientas vueltas en la cama, 4 pesadillas y dos litros de sudor después me levanto para ver el espectáculo. Son las 4 de la mañana y el “backyard” está plagado de alces paseándose entre los coches, cubos de basura y duendes navideños de la comunidad como si fueran parte de la vecindad. Por su puesto que esto sólo me parece anormal a mi ya que, de hacer lo mismo yo en Madrid, los alces no tendrían cuernos ( o sí ) y estarían todos apelotonados en un rincón fumando porros y bebiendo DYC en vasos de plástico.

Lo dicho, ¡¡¡¡¡estas Navidades PROMETEN!!!!

domingo, 31 de octubre de 2010

UYYYYY

He decidido interrumpir la racha de entradas de Líbano, aunque queda aún mucho y muy divertido material que contar, porque en la variedad está el gusto. Como bien digo en el título de este post el “show business” es algo que siempre me ha gustado. Fue hace un par de semanas que uno de mis ángeles de la guarda, Edu Schell, decidió escribir un artículo sobre jugadores que estuvieran en activo y sin equipo vio oportuno incluirme a mí en un apartado simpáticamente titulado “Del Aro Al Paro”. En dicho artículo Edu hizo gala de su buen escribir y lo entrelazó con algunos de mis vídeos. El caso es que parece que éste pequeño capítulo de mi vida tuvo una relevancia mayor esta vez que en otras ocasiones y propició una avalancha de llamadas, comentarios y correos de un sin fin de personas que se querían poner en contacto conmigo. Todo sea dicho, algunos de ellos querían que invirtiera en sus empresas y proyectos a lo cual yo me preguntaba para mis adentros… ¿pero que parte de “estoy en el paro” no han entendido estos? El caso es que hubo una llamada que me hizo especial ilusión. Una llamada de la coordinadora de redacción de UYYYYY, un programa de la EITB presentado por Oscar Terol que trata la actualidad deportiva con un tono “Avidaurretao”, vamos que en plan de risas.

Lo primero que Isa me dice cuando me llama es que voy a flipar con lo que me va a ofrecer a lo cual yo le contesto que ya estoy flipando porque me está llamando una persona en representación de EITB y esa persona tiene acento andaluz. Luego me reconoció que esa primera llamada siempre es una toma de contacto y una especie de “test” para ver si la persona contactada no va a desentonar con la tónica del programa. Me dijo que al oír semejante respuesta automáticamente supo que me sentiría a gusto. Tras un momento de risas me pregunta si estaría interesado en ir como invitado al programa UYYYYY que se emite por ETB2 y se graba en Donosti. Le dije que a San Sebastián yo iba a lo que hiciera falta, como si hay que ir a limpiar morralla del depósito municipal de deshechos de las pescaderías locales. Ni que decir tiene que tal comentario reafirmó, aún más, su creencia de que me sentiría a gusto en el plató.

Después de todos los intercambios de información pertinentes el lunes me presento en Donosti con muchas ganas de conocer a la andaluza que trabaja en la EITB para que me explique un poco de que va esto. Me recoge en el hotel y me propone o un café o un gin tonic, le respondo que primero uno y luego el otro y me lleva al Peine de Los Vientos. Isa, como no puede ser de otra manera con esa combinación sublime de salero andaluz y saber vivir vasco, me pone al corriente del programa y disfrutamos de nuestro refrigerio con un marco incomparable ante nuestros ojos, nada más y nada menos que Chillida a nuestra izquierda y la isla de Santa Clara presidiendo la bahía justo en frente nuestro. Cuando dijo que nos íbamos reprimí las lágrimas y los chillidos porque pensé que sería bochornoso ver a un adulto montándola como un niño malcriado y todo rojo, aferrado al taburete mientras la madre tira de él. Eso si, me tuvo que levantar del asiento con espátula porque no me quería ir.

Una vez en los estudios empieza el desfile de gente, descripción de su actividad y nombres, muchos nombres. Nada más llegar Itziar, que es de Zarautz, me conduce al plató y me sienta al lado de Itu quien está muy metido siguiendo el guión durante el ensayo. Pasó una cosa que me puso en alerta. No se que me sorprendió más, si el hecho de que ensayasen o que Oscar Terol no quisiera que lo viera para así poder sorprenderme durante el programa. Cuando me enteré de eso se me hizo un pequeño nudo en el estómago. Itziar me saca del plató y me conduce al “hospitality room” que para los que no hablen inglés es donde está el papeo y las cervezas vamos. Me abalancé sobre la tortilla de patata y las croquetas de jamón como si no hubiera comido en un mes e intenté deshacerme del nudito del estómago. Lo debí de conseguir. Tres cervezas y media tortilla después estaba más tranquilo que una foto. Me llevan a maquillaje y después de obligarle a la pobre maquilladora a hacer milagros me da por imposible y me devuelve a la sala del papeo. Allí converso con Jose Iragorri el gran “cantaor” del bacalao, para él no son goles sino bacalao, y compartimos anécdotas. Al rato viene el cabra loca de Patxi Salinas y empieza lo divertido. Gracias a Dios Itu apareció pronto a poner orden y la cosa no pasó a mayores sino a peores. Ni que decir tiene que ellos eran muy majos pero bien recomendado por mis colegas de Zarautz; Ignacio, Fausto y Sergi me quedo con la esbelta e interesante compañía de Agurne Anasagasti y Ainhoa Sánchez. Nos dan el aviso para ir al plató y comienza el show.

Se que para ellos sólo fue un programa más pero para mi fue una oportunidad de ver cómo se hace uno de mis vídeos pero a lo grande, más profesional. Nada más entrar al plató me doy de bruces con un Chroma Key (pantalla verde que se usa para conseguir efectos de localización) que se quedó allí porque no era plegable que si no lo veo instalado en mi “estudio de producción” o mi casa para entendernos. Al final Oscar (Terol) no me preparó ninguna perrería, lo cual, si soy sincero, me decepcionó un poco, y el programa fue muy divertido. Disfruté viendo a Valentino Rossi, Valdano e incluso la mismísima Sara Carbonero,. Me llegué a sentar codo con codo con Mourinho quién llegó a ofrecerme jugar para el Real Madrid de fúbol. ¡¡¡Dios mío que diría la Demencia!!!! Además de esos personajes conocí a dos, estos ya de verdad, muy interesantes. Escuchar a Larraitz Lucas, jugadora del equipo femenino de la Real Sociedad le abre la mente a uno. Tenía muchísimo que decir y además de explicarse muy bien resultó un tema que tiene mucha miga y muy interesante. También disfruté conociendo a Oniatz Bengoetxea que luego me enteré que es el Cristiano Ronaldo de la pelota vasca y un tío la mar de natural y simpático. Todo un honor. Al final fue un momento increíble del cual disfruté hasta de la servilleta del plato de jamón. Se me hizo muy corto y me quedé con ganas de decir más cosas pero no hay que olvidar que yo era el invitado. Algún día si tengo mi propio programa…

Bueno no os cuento más, ahí os dejo el vídeo para que lo veáis y juzguéis por vosotros mismos. Avisados quedáis.

lunes, 4 de octubre de 2010

La Vaca Que No Ríe

El plan de viaje se nos hizo claro nada más llegar. Pasaríamos las mañanas jugando con el contingente español visitándoles en las posiciones más comprometidas con el único propósito de hacerles pasar un buen rato. Las tardes las teníamos reservadas en un pabellón de Marjaayoun con los niños de los pueblos colindantes. Los tres primeros días con los chavales del “corredor Cristiano” y la última mañana jugaríamos con los niños de KafarKela. Éste último en particular tenía la dificultad añadida de que la población era mayoritariamente Chiíta, partidaria de Hezbollah y para más INRI estaba literalmente adosada a la Blue Line. El colmo fue que ellos no venían al pabellón luego fuimos nosotros los que nos desplazamos a su territorio.

El primer día con los niños fue una experiencia que si he de ser sincero no me pareció nada que no hubiera hecho ya en territorio español. Es cierto que noté una gran diferencia entre los niños cristianos y los musulmanes. Los primeros días con los cristianos fue todo mucho más fácil. Curiosamente el baloncesto no es un deporte muy popular en esas tierras cediendo la popularidad al, agárrense los machos, PING PONG. Como Pedro y yo de ping pong sabíamos más bien poco nos ceñimos a lo nuestro y una vez divididos los niños en grupos por edades organizamos un entreno muy liviano y acorde a sus conocimientos. Recordemos que se trataba de que se lo pasaran bien.Exceptuando a dos o tres que gustosamente habría estrangulado delante de todo el mundo la cosa fue muy bien y todos se lo pasaron bien. Al final hubo entrega de diplomas firmados por Pedro y por un servidor, fotos varias y una lata de refresco. Más de uno se llevó la lata de refresco a casa mirándola como si se tratara de un pequeño objeto venido del espacio exterior y miraba el diploma, con tanto cariño firmado, como si estuviera destinado a envolver semejante tesoro.

Nuestra última experiencia con los niños fue quizás la más significativa. El hecho de que un grupo de “infieles”, dos de ellos ataviados con colores chillones y en pantalón corto, se pasearan por el pueblo y además invadiesen el patio de un colegio no era algo que sucediera muy a menudo en un pueblo en el que la carnicería trae la vaca viva a la entrada de la tienda y allí mismo la degüella a la vista de todos. Cuando uno entra a un patio de colegio normal se espera colores vivos, niños correteando por todos lados, canastas, porterías, etc… vamos que uno se imagina Barrio Sésamo. Pues bien, al entrar en éste y lejos de recordar algo tan cálido como la Gallina Caponata, una imagen de Prison Break arrampló con el Conde Drácula, Epi y Blas y todos sus amiguitos. El patio del colegio estaba abarrotado de niños en uniforme azul vaquero y estaba presidido por dos canastas refulgentes puestas para la ocasión que a bien seguro estrenábamos nosotros. Dicho sea esto tampoco eran nada del otro mundo. Viendo todo esto me alegré de no haber presenciado el show de la vaca porque si no yo se de uno que sale por patas.

Se respira tensión por todos lados. Los niños nada más vernos y lejos de sonreír se ríen de nosotros y con una mirada desafiante nos retan empujándonos sin demasiada brusquedad. Pedro y yo hacemos gala de nuestras mejores sonrisas que poco a poco se van diluyendo al no poder contagiar ni una pizca de entusiasmo. La sonrisa pasa a ser un poco forzada. Uno de ellos me agarra el brazo y me dice que le enseñe el bíceps. Ja, niño, ¿pero tu no sabes que voy al gimnasio y me llaman Hulk? Hago la demostración pensando,”este crío se va a cagar” y el chaval que se ceba en apretar me mira y estoy casi seguro que me llamó pringao en algún dialecto del árabe. Por supuesto que según dicta la norma de la naturaleza en cuanto a machos alfa el hizo su demostración. Al cogerle el brazo a la altura del bíceps y flipar de lo duro que está eso el muy simpático pega su brazo al costado dejando mi mano entre los dos y con un rápido y controlado movimiento me retuerce la muñeca lo justo para que me haga daño pero sin llegar a rompérmela. No pude más que hacer dos movimientos; uno, mirarme la muñeca para ver si estaba rota y dos, poner cara de póker como si el que “un crío de 10 años casi me rompe la muñeca” no hubiera pasado.

Jamás en mi vida he visto tanta agresividad atrapada en cuerpos tan pequeños. Me resultaba imposible realizar ningún ejercicio sin tener que parar porque un grupo de niños que quería el balón se estaba dando patadas, puñetazos y rodillazos por la posesión del cuero. Al final tuvimos que acortar la sesión porque era difícil mantener la atención de los niños. Las niñas, por supuesto separadas y sentadas en las escaleras a la sombra, nos hicieron de animadoras aunque no se si animando la práctica deportiva o el combate cuerpo a cuerpo. Al término hicimos entrega de unos balones de baloncesto al concejal de deportes del pueblo y al director del colegio. Nos miraron raro y las aceptaron gustosamente. Viendo que ninguno de los niños había jugado antes al baloncesto me da la sensación de que van a partirse muchos tobillos jugando con estas nuevas y pesadas pelotas de fútbol naranjas.

Verdaderamente entramos en lo que creíamos que era la boca del lobo y en tensión hicimos nuestra labor. Al final, aunque los niños igual no se acuerden, conseguimos que nos vieran como amigos. El director del colegio y el concejal parecieron entusiasmados con la aparición y nos pidieron una y otra vez que se repitiera en alguna otra ocasión. La petición me pareció genuina y sincera con lo que creo que nuestro granito de arena por la paz lo hemos puesto. Nos lo tuvimos que sacar del ojo con dolor y una muñeca maltrecha pero nuestro granito está puesto.

jueves, 30 de septiembre de 2010

El Día de la Marmota

Primer día que nos levantamos y nada más terminar de desayunar ni un minuto más tarde de lo ya establecido nos está esperando el equipo del CIMIC (Civil-Military-Cooperation) junto con una patrulla de la Guardia Civil. Si, a mi también me sorprendió porque aunque aquí todos se lleven muy bien y sean muy buenos amigos las reglas se respetan a rajatabla. La Benemérita hace controles de alcoholemia, te multa si vas más rápido de lo debido (dentro y fuera de la base) y controlan los accesos en todos los “check-points”. Vamos que lo de tocar los cojones lo hacen exactamente igual de bien aquí que allí. Ya saben ellos que esto es coña porque hemos compartido mucho y les agradecemos enormemente su protección ya que no nos han quitado el ojo de encima ni un segundo. Y por esto precisamente nos las hemos visto muy chungas para meter las botellas de Johnnie Black en la base. Oooooops!! (más sobre la Guardia Civil pronto).

El caso es que estamos en marcha y nos dirigimos hacia la posición 966 que está ocupada por la Infantería de Marina. Y digo yo; ¿que baloncesto habrá aprendido esta gente en un barco?. Nada más llegar nos recibe el Capitán de la base y nos agradece la visita. Todo muy formal pero vamos que era un tío “mu sencillo y mu majico”. Éste tipo de posiciones son de tamaño más reducido y no cuentan con todas las “comodidades” que tiene Miguel De Cervantes. Aún así, a todos los ocupantes de esa posición y de otras en las que las circunstancias son incluso más duras, se les ofreció el relevo a mitad de plazo para que fuera más llevadero. Todos declinaron. No sólo no se quejaron en ningún momento sino que decidieron quedarse allí porque decían que esa era su casa y que si no otros tendrían que venir y estar jodidos. Son ESE TIPO DE GENTE.

Llegamos a la cancha y vemos que allí el personal ya está calentando en lo que debería de ser un campo de baloncesto pero solo hay una canasta y pegada a una torre de control. Muy bien porque después de darnos la mano uno me amenaza con que han dado orden al Brigada que está arriba en la torre de dispararme al gemelo si me paso poniendo tapones. Yo que acabo de llegar y todavía no conozco a esta gente me preocupo por el silencio sepulcral que precedió dicho comentario. Después de unos 0,2 segundos de silencio que me parecieron 2 horas se empezaron a mear de risa y ya pudimos empezar a jugar.

El partido fue divertidísimo ya que ninguno era el mejor jugador al que he defendido pero todos tenían los conocimientos necesarios para que pasáramos un buen rato. Por supuesto que Pedro en un equipo y yo en otro y en un pacto entre caballeros decidimos no defendernos el uno al otro (más que nada porque seguro que me dejaba en evidencia. Esto no se lo dije). Pasar ese rato con ellos fue una experiencia increíble. Ellos llevan allí metidos un mes y medio y les quedan todavía dos meses y medio más. Es lo mismo para toda la misión entera. Ellos se lo pasaron en grande porque consiguieron salir de la rutina diaria ya que allí todos los días son iguales. De hecho bromean haciendo comparaciones con la peli del Día de la Marmota.

Yo siempre que he conocido buena gente, y tengo suerte porque ha habido mucha, me he ofrecido para lo que fuera menester. Nunca he podido hacer demasiado ya que lo único con lo que he podido colaborar ha sido regalando camisetas y dando entradas para partidos. También he colaborado con fundaciones y varias ONG en diferentes proyectos. En este viaje es cuando realmente siento que estoy marcando una diferencia. Ahora que he dejado el baloncesto profesional puedo utilizar esas habilidades adquiridas en una cancha y dedicar más tiempo a ayudar a otros. Es una satisfacción personal enorme el que gente adulta te agradezca al atención ya que la tropa se encuentra en una situación en la que cualquier cosa que les alegre el día ya es un logro. Son momentos en los que un buen rato no viene mal. Todos sabemos que para eso no hay nada mejor que un "payaso"...

... y allí estaba yo.

martes, 28 de septiembre de 2010

Broke Trash Mountain

Sin darme ni cuenta me había quedado dormido y ya atronaba la melodía absurda del despertador que por mucho que pienses que te gusta mientras la programas, al final le acabas cogiendo verdadera tirria. Me ducho en la suite-baño y me cambio de ropa, salgo de la habitación sintiéndome como un millón de euros y dispuesto a dar buena cuenta del bufett (ja, perdón pero no puedo contenerme la risa cada vez que pronuncio esa palabra llámenme inmaduro) del desayuno. Un par de platos de humus con pan, cuatro lonchas de jamón York, dos rodajas de tomate, un par de bolas de queso, un donut y dos cafés estoy listo para lo que se me ponga delante. Generalmente es la taza del baño. Bien, ahora SÍ estoy listo. Después de no ponerme tan si quiera colorao de ser el que más viajes ha hecho al bufett (ja, lo dicho) me monto en uno de los coche-tanques y partimos rumbo hacia la base.

Ya de día Beirut parece una ciudad despierta, activa y llena de vitalidad pero da la sensación de que ese momento no va a llegar nunca como si estuvieran lastrados por algo. No sólo es el frenético ir y venir de coches y motos entrecruzándose en las avenidas sin moderador que me lo indica sino porque se ve una ciudad en proceso de reconstrucción. Reconstrucción que lleva desde 1990. Una ciudad que da la sensación de querer recuperar el esplendor perdido debido a un eterno enfrentamiento con Israel y además una guerra civil que convirtió las postales de enclaves locales idílicos en piezas de coleccionista. Cruzamos parte de la capital para salir y vemos, como ya mencioné anteriormente, muchos contrastes. Enormes plazas totalmente devastadas y convertidas en verdaderos cementerios arquitectónicos a un escupitajo de una tienda enorme de Mango seguida de otra de Zara. Continuamos y nuestros guías nos hablan de lo que supuso para este país el asesinato del Primer Ministro Libanés Rafik Hariri a la vez que nos enseñan la zona donde ocurrió y establecen comparaciones con lo que supondría semejante asolación en una ciudad como Zaragoza.

Con el corazón un poco encogido, un solazo espléndido y las ansias de conocer intactas conseguimos salir de Beirut sin pasar por encima de nadie ya que aquí conducen como si lo fueran a prohibir o estuvieran huyendo de algo. Seguimos nuestro camino por la carretera pegada a la costa y viendo el frente de mar del que aquí disfrutan a mi derecha me imagino las posibilidades inmobiliarias de la zona. Acto seguido miro a mi izquierda y veo con estupor que se ve la montaña a través de las casas ya que están agujereadas o incluso reducidas a escombros. Me acuerdo de donde estoy y me vienen a la mente las tristes lecciones de historia recibidas unos minutos atrás. No puedo más que sentir un nudo en la garganta.

Según nos vamos acercando al sur de Líbano el panorama cambia ligeramente. Las maravillosas playas se van cubriendo de basura ya que para ellos ése cúmulo de fina arena que lleva al agua transparente del Mediterráneo no es más que un capricho de los occidentales y ellos no sucumben ante nuestras pretensiones. Justo antes de llegar a la montaña de basura de Líbano, la cual llama la atención por su solidez y altura y que además es muy conocida internacionalmente, paramos en una de las mejores pastelerías de la región que está en la ciudad de Sidón., Saïda en árabe El sitio es espectacular y su mostrador y decoración modernistas atesoran todo tipo de Baklavas y pastelitos de la zona que hacen que te relamas de arriba abajo nada más entrar. Mientras sorbo mi café libanés observo con detenimiento la inmensidad de la montaña de basura. Desde la lejanía se puede ver como tiene incluso una carretera que conduce a la cima. Pienso en la diferencia cultural tan grande que separa nuestras dos civilizaciones ya que eso en España sería impensable. A nadie en su sano juicio se le ocurriría poner semejante aberración en una zona costera con esas posibilidades de explotar (turísticamente hablando) a todo bicho viviente.

Espero a que los posos del café encuentren su camino al fondo de la taza para poder tomármelo sin que se me queden los dientes negros de por vida, me lo acabo y continuamos nuestro camino. Atrás dejamos una adición del ser humano al relieve Libanés de deshechos que manifiestan claramente las intenciones de un país más preocupado en deshacerse de sus vecinos que de higienizar su patio trasero. Al final el uno por el otro y la casa sin barrer.

Continuamos nuestro camino hacia la base Miguel de Cervantes rozando casi la dichosa “montañita” y la dejamos atrás. En menos de dos horas estamos allí después de atravesar gran cantidad de pueblos cristianos y alguno que otro de Hezbollah que se les diferencia porque se identifican con el color amarillo. No tarda el graciosillo del grupo en compararlos con el Villareal. No, no fui yo!

Una vez en la base nos reciben con todo tipo presentaciones y agradecimientos. La base muy bien cuidada y la gente MÁS. Cenamos y luego nos vamos a descansar ya que al día siguiente empezábamos pronto.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Con Pelotas en Líbano

Cuando la mayor pega que uno le puede poner a un viaje tan largo es que el pan de la comida servida a bordo estaba un poco frío uno se da cuenta de que ha viajado como un señor. En la expedición; Jesús Arroyo, representante de la Asociación para las Naciones Unidas Española, Pedro Carrillo, ilustre entrenador ayudante del CAI Zaragoza y además en representación de la Fundación de la misma entidad, y un humilde servidor en representación de todos los ex-jugadores profesionales parados con inquietudes y ganas de hacer cosas. Fue un par de semanas atrás cuando un antiguo entrenador y amigo, José Antonio González, me llamó y me preguntó si estaría interesado en irme a Líbano en una misión de la ONU para poner el deporte al servicio del desarrollo y de la paz. Tardé medio segundo en decidirme.

He de decir que nunca me hice a la idea de donde rayos íbamos hasta que ya en Paris y justo antes de embarcar vi el letrero de la puerta de embarque el cual rezaba; BEIRUT. En ese momento Pedro y yo nos miramos esbozando una leve sonrisa que ocultaba todos nuestros temores y sin mediar palabra los dos dijimos: “TU PRIMERO”. Como ya he dicho el viaje fue de lo más agradable ya que tuve la suerte de poder hacerme con la salida de emergencia, previo pago de 50 euros, que compraron mi tranquilidad para viajar.

Lo bueno de viajar en representación de la ONU es que nada más bajarte del avión unos señores, que no conoces de nada y muy educados, te vienen a buscar a la salida del finger . Luego ellos convierten en realidad ese sueño que todos tenemos de pasarnos las colas de control de pasaportes justo por donde termina el último tramo de la cremallera del pantalón y pasamos por la fila de personal diplomático. Sin darnos casi ni cuenta ya nos está dando la bienvenida al Líbano todo el comité de enlaces ataviados con sus uniformes reglamentarios y todo. Después de las debidas presentaciones y saludos nos dirigimos a los vehículos. Digo vehículos porque no sabría muy bien como llamar a dos pedazos de Land Rovers blindados que aguardaban, otra vez nuestro sueño cumplido, en el parking de vehículos diplomáticos. Cuando uno se dispone a abrir la puerta de un coche convencional sabe que no tiene más que accionar el tirador, hacer un leve movimiento del hombro y alehop! ya estás dentro. Pues bien, si fuéramos a hacer lo mismo a la hora de abrir la puerta de un coche blindado nos pasaría lo siguiente. Tu accionas el tirador y al hacer el leve movimiento de hombro notarás que la puerta sigue “pegada” al resto del coche con lo cual tu haces más fuerza aún para tirar. Si no estás preparado acabarás abriendo un poco la puerta, lo suficiente como para que a la vez que vences para adelante te des con toda la “piñata” en un canto de acero blindado que te devuelve la dentadura al estado original en el que estaba antes de que tus padres se gastaran todos sus ahorros en una ortodoncia. Todo sea dicho, esto no me pasó.

Una vez en el coche-tanque nos dirigimos hacia el hotel atravesando el centro de Beirut. Impresiona de verdad ver el contraste de edificios con agujeros de bala y totalmente derruidos por la guerra civil con otros que han sido construidos a posteriori, que están impecables y gozan de todas las virguerías arquitectónicas que uno se pueda imaginar. A lo largo de todo este recorrido nuestros “ángeles de la guarda” nos iban dando breves lecciones de historia local mientras sorteábamos la infinidad de obstáculos que se nos planteaban por el camino. Me llamó mucho la atención el hecho de que casi no hay señales de tráfico en la ciudad y que los coches hacen prácticamente lo que les da la gana. Eso puede llevar a pensar que son unos bárbaros y unos salvajes conduciendo pero pensándolo detenidamente me dí cuenta de que realmente los bárbaros somos nosotros. Ellos no paran de pitarse los unos a los otros pero no es más que un aviso que dice “oye tú que vo pa´llá” y no hay malas caras ni insultos. No hay casi señalización de carriles y puedes hacer cualquier giro en cualquier sitio siempre que lo hagas con cuidado. Vamos que ellos entienden que todos tienen que pasar. Nosotros teniendo un código de circulación impecable y todo tipo de señales de tráfico y señalizaciones nos transformamos en seres verdes llenos de bultos y venas moradas en cuanto nos ponen detrás de un volante y no paramos de increpar al prójimo. A todo esto me han dicho que hay policía de tráfico en Beirut. Después de ver cómo aparcan los Libaneses en las entradas de las casas y como conducen en dirección contraria sin ningún tipo de miedo ni preocupación yo me pregunto; ¿que coño tiene que hacer uno para que le pongan una multa?

Después de la odisea callejera llegamos al hotel Bristol. Me sorprende llegar y ver que todos tenemos habitación individual y que yo no se la de los demás pero la mía tenía recibidor con una bandeja de uvas esperándome, tele de plasma, un mueble bar que habría hecho las delicias del Señor Neira y unos sofás increíbles. Después de encontrar la puerta que conducía a mis aposentos dejé mi maleta. Era una habitación enorme con una cama tan grande que la tuve que rellenar de almohadas para no echar de menos la compañía y un baño que me hizo dudar si llevarme la colcha a la bañera y dormir ahí mismo. Duchita rápida y a cenar con todo el personal que nos esperaban abajo en el hall para comer algo rápido.

Tenía que descansar, mañana teníamos un camino largo hasta la base Miguel de Cervantes y allí comenzaríamos nuestra misión. Al día siguiente vería por primera vez Beirut de día ya que hasta esos momentos era tarde y no podía emitir un juicio justo sobre que opinión me merecía tal ciudad. Estaba impaciente y no sabía si las ganas de verlo me dejarían dormir a gusto.


Me equivoqué…

martes, 18 de mayo de 2010

DEPORTE - DePORte - de ¿¿PORQUE??

“El deporte me lo ha dado todo”. No, no, a mi no, pero va entre comillas porque es una cita. Lo dijo Michael Jordan. También lo dijo Laura Carriches (Judo), Javier Bermejo (Atletismo) y seguramente en algún momento de éxtasis emocional lo habré dicho yo también. Esta simple frase está tan utilizada y ha sido oída por todos tantas veces que bien podría venir enlatada. Se debe tener cuidado con lo que se dice ya de por sí, y partiendo de la base de que generalizar es un error en el que se cae demasiado a menudo, éste tipo de afirmaciones tajantes siempre tienen trampa y son más que rebatibles.

Cuando un deportista de élite se lanaza al vacío con semejante “perla” generalmente no es consciente de la verdadera realidad que se esconde tras esas palabras. Vamos a tomar esa frase y por la diversión que podría reportarnos la vamos a interpretar al pie de la letra. Vamos a analizar que es ese “todo” del que se habla con tanta libertad y ligereza. Como ya he dicho antes generalizar es un error así que todo lo que aquí se diga no es más que una mera opinión, la mía, que no es ni más cierta ni más errónea sino todo lo contrario.

Está claro que hay varios y muy diferentes niveles en los que uno puede practicar deporte, muchos grados de dedicación y compromiso que alteran considerablemente el efecto de una disciplina en nuestras vidas. Interpreto que para que algo te lo de todo debe de haber un compromiso absoluto. Así pues en éste texto las deducciones serán extraídas pensando siempre en el más alto de los niveles deportivos, el profesional. Pues bien, empecemos por el principio y lo que yo creo que es lo más, o debiera ser, importante para un individuo, la salud.

El deporte es salud y eso se dice con casi tanta alegría y soltura como la frasecita que en este texto se está poniendo en tela de juicio. La práctica deportiva habitual permite al individuo mejorar su condición física reduciendo grasas, aumentando masa muscular y fortaleciendo su sistema cardiovascular. Todo esto es cierto. Entonces, ¿porqué ahora después de 20 años de fortalecer mi sistema cardiovascular, reducir grasas y mejorar mi masa muscular, mis cartílagos, casi inexistentes y el pequeño hilo que me queda de menisco hacen que mis rodillas crujan como carracas cada vez que me siento y me levanto?. Además de eso los dedos de mis manos se parecen bien poco a los que yo recuerdo cuando era pequeñito y el hombro izquierdo no parece estar a gusto en su emplazamiento natural y se mueve más que la compresa de una coja.

Pero no todo es malo en esto del deporte. La educación también forma parte importante en el desarrollo de un individuo. En mi caso gracias a la pelotita he tenido la oportunidad de jugar y cursar una carrera en una prestigiosa universidad americana, todo ello con final feliz. Lo llamo “final feliz” porque un servidor salió de allí con un contrato profesional firmado antes de terminar la carrera y una licenciatura en Comunicación debajo del brazo antes de volver a poner los pies en territorio español. Este, mi caso, lamentablemente no es el más común en España. Se que es posible compatibilizar unos estudios con la práctica deportiva, tenemos muchos ejemplos, Alfonso Reyes es ingeniero de caminos, pero en mi opinión no se hace la suficiente campaña de concienciación entre los talentosos “zagales” de hoy en día. ¿Que ocurre con todos esos jóvenes-Lebron James que arrastrados por su devoción hacia el deporte y mal-aconsejados por sus padres cuelgan los libros sin siquiera hacer la selectividad?. Muchos de esos pobres desgraciados ni si quiera llegarán a ganarse la vida como un deportista profesional y acabarán, como me amenazaba mi padre, descargando cajas en algún puerto. Lo más triste es que si han hecho deporte a tutiplén no servirán ni para eso ya que de seguro tienen alguna lesión crónica que se lo impida. Serán afortunados si pueden llegar a escuchar como les crujen las rodillas y les molesta el hombro izquierdo al agacharse para recoger una caja de zapatillas NIKE recién llegadas en un barco contenedor desde China. Por supuesto, me he lanzado en plancha a la piscina del dramatismo pero estoy seguro que las gotas no salpicarán muy lejos.

Ahora ya no maltrato tableros y me dedico a… ah si, es verdad, BUSCAR TRABAJO. No hace falta decir que no soy ningún Einstein pero si considero que estoy mejor preparado académicamente que algunos jugadores de hoy en día y las oportunidades laborales brillan por su ausencia. Sí, ya lo se, son tiempos difíciles, hay crisis, bla, bla, bla… pero en breves me veo llegando a Estados Unidos, como hicieron 5 siglos atrás los peregrinos del Mayflower, en búsqueda de una nueva vida y una oportunidad laboral viable.

El otro día leía con estpefacción un reportaje en el Heraldo De Aragón en el que Sheila Herrero nos contaba sus penurias. Para todos aquellos que no la conozcan decirles que ésta “chiquilla” es patinadora y simplemente posee 15 títulos mundiales, 136 europeos, 189 nacionales; también ostenta 4 récords mundiales y para más INRI, a día de hoy aún conserva 2 de ellos. Pues bien, ahora resulta que después de toda una vida dedicada a las 10 ruedas y habiéndolo ganado TODO, ésta maña de 32 años está en el paro después de haber trabajado en una tienda. ¿Por qué se ensalza la figura de Sheila y se le regala el oído con todo tipo de alabanzas mientras sigue recibiendo medallas, pero cuando cambia las ruedas por tacones desaparecen todas esas promesas hechas por políticos?. Miren que además la “moza” está de muy buen ver pero parece que ahora después de todo lo que ha hecho por su país, su tierra y su gente no sirve ni para crear una escuela infantil de patinaje, único sueño de ésta aragonesa que es todo ímpetu y coraje. No puedo más que echarme las manos a la cabeza cada vez que oigo hablar de su caso. ¿Porqué son tan importantes los deportistas cuando están en el candelero y un minuto después de su última rueda de prensa son totalmente desechables?.

Está claro que el deporte nos puede llenar de muchas y variadas maneras pero a su vez deja unas lagunas enormes que hay que rellenar con formación de cualquier tipo ya sea académica o profesional. Pienso que, a la hora de fichar, los equipos profesionales de hoy en día deberían de basar sus argumentos para reclutar jóvenes talentos en una fundación académica sólida y no en la tambaleante promesa de que en su equipo tendrán más posibilidades de triunfar deportivamente o de que ganarán más dinero. Algún día seré padre y si mi hijo toma la decisión de practicar algún deporte al máximo nivel y, Dios lo quiera, se plantea una batalla entre clubes por sus servicios yo apostaré por que mi hijo no sólo desarrolle su actividad física al máximo nivel sino que además termine una formación académica seria y completa. De esa manera el club que garantice a mi hijo una oportunidad digna de poder compaginar las dos cosas tendrá muchas más posibilidades de que juegue en su equipo.

Se habla mucho de que para llegar a lo más alto en el deporte hay que sacrificarse, tomarse uno la cosa muy en serio, y dedicarle a tu propósito una devoción casi absoluta. Generalmente llegar a lo más alto significa ganar títulos y medallas. Medallas de oro que son el máximo exponente del logro deportivo. Pues hay que tener mucho cuidado, porque en el deporte, no es ORO todo lo que reluce.